Un pulso electromagnético (PEM) es una ráfaga corta de radiación electromagnética que puede tener efectos destructivos en dispositivos electrónicos y sistemas eléctricos. Este fenómeno puede ser causado por una explosión nuclear en la atmósfera, un evento solar extremo o incluso por armas diseñadas específicamente para generar PEM. Cuando un PEM impacta en una región, puede dañar o destruir los circuitos electrónicos al inducir corrientes eléctricas y voltajes muy altos en los dispositivos.
Los efectos de un PEM pueden variar dependiendo de la potencia y la distancia de la fuente. En el caso de una explosión nuclear de alta altitud, por ejemplo, un PEM puede afectar a una amplia área geográfica, provocando interrupciones en las redes eléctricas, sistemas de comunicación, equipos electrónicos y otros dispositivos sensibles. Los esfuerzos para proteger infraestructuras críticas contra los PEM incluyen el diseño de sistemas de protección y el desarrollo de tecnologías más resistentes a estos eventos.