Cosquín Rock 2025: ¿Rock o Kioskin Rock?

El Cosquín Rock siempre ha sido sinónimo de pogo, guitarras distorsionadas y esa mística rebelde que define al rock argentino. Sin embargo, en los últimos años, el festival ha abierto sus puertas a artistas que poco y nada tienen que ver con la esencia del género. En la edición 2025, la tendencia se mantiene: el lineup incluye a varios referentes del trap y la música urbana, quienes, entre beats programados y autotune, interpretan grandes clásicos del rock sin una banda que los respalde.

El Kioskin Rock en acción

Los organizadores del evento justifican esta inclusión como una “evolución natural” del festival, adaptándose a los nuevos tiempos y a los cambios en la escena musical. Pero muchos seguidores del rock de pura cepa se preguntan si esto realmente es una evolución o simplemente un cambio de enfoque comercial. En este contexto, surge el término “Kioskin Rock” para referirse a esos artistas que, sin aportar demasiado al género, encuentran en el festival un escenario asegurado, facturando con covers de Charly García, Los Redondos o Soda Stereo, sin transmitir la fuerza ni el virtuosismo que hicieron inmortales a esos himnos.

Lejos quedaron los tiempos en los que un solo de guitarra marcaba la diferencia entre una banda buena y una banda legendaria. Hoy, en muchos casos, la presencia de bases pregrabadas reemplaza a la ejecución en vivo, y la esencia del rock, que siempre se ha basado en la autenticidad y la destreza musical, parece haberse diluido en una puesta en escena donde lo visual pesa más que lo sonoro.

El debate está abierto

No se trata de una cruzada contra los nuevos géneros ni de rechazar la evolución de la música. Al fin y al cabo, el rock también se nutrió de fusiones y cambios a lo largo de su historia. Pero sí es válido preguntarse si artistas que construyeron su carrera sobre bases digitales y sin un verdadero dominio instrumental están a la altura del legado de Spinetta, Pappo o Cerati.

Quizá la gran pregunta sea: ¿El Cosquín Rock sigue siendo un festival de rock o se ha convertido en un evento más del circuito comercial? Y, sobre todo, ¿hasta cuándo el ‘Kioskin Rock’ seguirá desplazando a las bandas que mantienen viva la llama del género?

El público, como siempre, tendrá la última palabra. Mientras tanto, los amplificadores crujen, pero no siempre por las razones correctas.

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