Los fans de Taylor Swift, Drake y otros artistas están siendo engañados con canciones creadas mediante inteligencia artificial, lo que complica discernir la verdad de la ficción en el mundo de la música. Recientemente, se han filtrado canciones supuestamente interpretadas por grandes estrellas del pop, como Drake y Taylor Swift, generando una gran expectativa entre los seguidores y sembrando dudas sobre su autenticidad.
Un ejemplo destacado es la canción “Heart on My Sleeve”, inicialmente atribuida a Drake y The Weeknd. Aunque se volvió viral y acumuló millones de reproducciones en plataformas como TikTok, Spotify y YouTube, se reveló que fue creada por un músico anónimo utilizando un filtro impulsado por IA para imitar las voces de ambas estrellas. A pesar de esta revelación, muchos fanáticos continuaron disfrutando de la canción e incluso fue considerada para los premios Grammy.
Este caso es solo el inicio de una tendencia creciente en la industria musical. Otros artistas, como Grimes, también han experimentado con la tecnología de deepfake, creando clones de sus propias voces y alentando a otros músicos a utilizarlos en sus canciones. Sin embargo, esta innovación tecnológica ha generado controversia, con preocupaciones sobre su impacto en la autenticidad y la integridad artística.
La incertidumbre sobre la autenticidad de las canciones también se ha manifestado con filtraciones de nuevas canciones atribuidas a figuras como Frank Ocean y Beyoncé, generando intensa especulación entre los fanáticos y llevando a algunos a pagar grandes sumas por acceso exclusivo a la música de sus ídolos.
La sofisticación de las herramientas de inteligencia artificial presenta un desafío significativo para la industria musical. Aunque algunos deepfakes son fácilmente detectables debido a imperfecciones en la calidad vocal y la pronunciación, la tecnología continúa mejorando, lo que dificulta aún más la diferenciación entre lo real y lo falso. Esto plantea serias preocupaciones sobre la protección de la propiedad intelectual y los derechos de los artistas.
Ante esta creciente amenaza, tanto los artistas como las discográficas están tomando medidas para combatir el uso no autorizado de sus voces y creaciones. Varias editoriales de música han presentado demandas contra empresas de IA, alegando infracción de derechos de autor y exigiendo una mayor regulación en el uso de la tecnología de deepfake en la música.
Además, figuras destacadas de la industria, como Billie Eilish, Stevie Wonder y Nicki Minaj, han firmado una carta denunciando el uso “predatorio” de la IA para robar las voces y semblanzas de los artistas profesionales.
En respuesta a estas preocupaciones, legisladores de varios países han propuesto leyes para regular el uso de deepfakes en la música. La “ELVIS Act” en Tennessee y el “NO FAKES Act” en los Estados Unidos son ejemplos de iniciativas destinadas a proteger los derechos de los artistas y prevenir el abuso de la tecnología de IA en la industria musical. Sin embargo, la implementación efectiva de estas leyes sigue siendo un desafío, dada la naturaleza anónima y descentralizada de Internet.
